Justicia y Derechos Humanos: ¿Puede existir una sin la otra?
Pues personalmente creo que no es posible, la Justicia es un valor superior de nuestro ordenamiento jurídico conforme a lo expresamente dispuesto en el artículo 1 de la Constitución, y particularmente la Justicia Social, tiene su fundamento en la igualdad de derechos y de oportunidades y en el acceso a los derechos fundamentales, incluidos los Derechos Humanos, por lo que va más allá del concepto tradicional de Justicia legal, de modo que podemos afirmar que está basada en la equidad y es un pilar imprescindible para que cada persona, cada ser humano, con independencia de sus diferencias intrínsecas, pueda asegurar su íntegra y completa participación en la sociedad, sin diferencias, sin sesgos y sin discriminación.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, es el marco normativo internacional de referencia en la materia, y la Justicia no puede desconocerlo, en modo alguno.
Eres Magistrada Suplente del TSJ de Madrid desde el año 1997 ¿De dónde te surge esta vocación?
La verdad es que es mi sueño de la infancia hecho realidad, las circunstancias de la vida te imponen límites que solo tú puedes eliminar, y a pesar de no venir de una familia con tradición en el ámbito de la Justicia, con tesón, perseverancia, esfuerzo y mucha dedicación tuve la oportunidad de acceder al desempeño de mi plaza como Magistrado Suplente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Sala de lo Social, y dedicarme profesionalmente a la defensa de los derechos de las personas trabajadoras y de sus empleadoras, y por ende, contribuir a la promoción de la Justicia Social.
Te hemos visto organizar, participar e impartir numerosas jornadas y debates sobre temas muy diversos, pero últimamente has dedicado especial atención a un asunto apasionante como el de la Inteligencia Artificial y su impacto en los Derechos Humanos. ¿Crees que en Europa y en España estamos preparados para que nuestro marco jurídico asimile los enormes avances en este campo de la IA?
Me parece un ámbito novedoso y apasionante, con grandes retos y oportunidades para la sociedad y en particular para los operadores jurídicos. Y por todos es conocido que el Derecho, la norma, siempre va muy por detrás de la realidad social en la que nos encontramos, de modo que en este ámbito soy especialmente sensible a las grandes oportunidades que nos puede brindar el uso de la IA, y sobre todo al uso ético, moral y responsable, que de ella se haga por los humanos, por los graves riesgos que puede generar un uso desviado de la IA, y su impacto directo en los Derechos Humanos.
En este punto, me parece oportuno recomendar la película «Justicia artificial», como un ejemplo claro y directo de los riesgos derivados de un uso tendencioso, desviado y amoral de la IA en el ámbito del Derecho.
Eres una acreditada experta jurídica en materia laboral. Algunos colegas tuyos opinan que es necesario un mayor consenso entre agentes sociales e instituciones para afrontar los cambios en el mundo del trabajo. ¿Cuál es tu criterio?
Personalmente, y como mujer que ha vivido la transición democrática en este país, creo que el diálogo y el debate sosegado de ideas es siempre enriquecedor, y por ello creo en los grandes pactos de estado y en el consenso para progresar, poniendo en el centro a las personas y sus derechos fundamentales y humanos, y no los intereses partidistas que dividen la sociedad con sesgos, roles y estereotipos que se perpetúan, nos dividen y nos impiden avanzar como sociedad.
Si mi anterior afirmación se traslada al mercado de trabajo, por ende, creo firmemente en el diálogo social, pero un diálogo social que ponga en el centro los derechos de las personas trabajadoras y los derechos de los empleadores, y busque la equidad que nos permita avanzar y progresar, sin desequilibrios.
Eres una miembro muy activa del ODHE. Has coordinado y participado en numerosas actividades de nuestro Observatorio. ¿Qué te motiva a dedicar tanto esfuerzo a nuestro ODHE?
Como miembro del Comité de observación del ODHE, y más específicamente como responsable del Área Mujer e Igualdad, lo primero es dar las gracias a nuestro Presidente, D. Mario Rigau, primero por dejarme ser parte de este proyecto ambicioso y apasionante, y lo segundo, por dejarme efectivamente ser muy activa en toda la actividad del ODHE.
Soy y seré, ya lo he dicho al principio de esta entrevista, una firme defensora de la Justicia Social, de la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres, y de los Derechos Humanos, y ello, me hace participar activa e incansablemente en múltiples proyectos divulgativos, formativos, pedagógicos y con impacto en los objetivos fundacionales del ODHE.
El retroceso en materia de derechos humanos es una realidad que se cierne sobre nuestra sociedad y hay que luchar firmemente porque no se produzca, jamás.
Que el mundo de la Justicia en España esté tan presente en los medios de comunicación, ¿es positivo o negativo?
Yo creo que es tremendamente positivo que la Justicia se acerque a los ciudadanos y a los administrados, pero la información tiene que ser rigurosamente veraz y contrastada, porque el uso sesgado de la información, al igual que el uso sesgado de la Administración de Justicia es un riesgo que como sociedad no nos podemos permitir, y que debemos combatir.
En la actualidad, no encontramos con la denominada «pena de telediario», en la que la opinión pública efectúa una condena previa sobre una persona cuando ésta aún no ha sido ni juzgada, ni condenada, obviando su derecho a la presunción de inocencia, y también, la reparación material del daño que efectivamente se le produce a su imagen pública y a su reputación, tras su absolución judicial, y ello, también tiene una incidencia directa en los Derechos Humanos.
Reivindicas una mayor presencia de las mujeres en el mundo de la Justicia, pero no desde una perspectiva ideológica, sino sociológica. ¿Puedes explicarnos mejor este punto?
Las mujeres en el año 2024, según los últimos datos estadísticos del CGPJ, representamos el 57,2% de la carrera judicial, de modo que la presencia femenina es claramente mayoritaria, no obstante, en los cargos judiciales, en los órganos colegiados y en el Tribunal Supremo la presencia de las mujeres es aún minoritaria, de modo que la primera conclusión que debemos extraer del citado dato estadístico, es que a pesar de los notables avances en materia de igualdad, aún nos queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres en la carrera judicial.
Desde las instituciones debemos dar ejemplo a la sociedad, y en ellas, las mujeres debemos participar en régimen de igualdad y sin techos de cristal.
¿Cuáles son tus proyectos profesionales y personales para este 2025?
La verdad es que el año 2025, va a ser un año de trasmutación y cambio que a día de hoy no sé a donde me llevará, pero lo que si sé, a ciencia cierta, es que siempre estará al lado de la Justicia Social, de la defensa de la igualdad de derechos y de oportunidades sin discriminación alguna, de la defensa de los derechos fundamentales, incluidos los Derechos Humanos, y por supuesto, de los ODS.
Y ello, sin olvidar, desde el punto de vista exclusivamente empresarial, los códigos éticos, de conducta, buen gobierno y transparencia en las empresas, el compliance, el riesgo reputacional, la gestión de los intangibles, los criterios ESG, y la defensa de la empresa saludable, sostenible y solidaria, materias con las que ahondar en mi particular visión transversal de la Justicia Social.