La sala de actos de la Universidad Europea Miquel de Cervantes acogió la jornada sobre “Las Fuerzas Armadas en el marco internacional del Derecho Humanitario” y la entrega de los Premios Catalejo 2023 que concede esta entidad.

La sala de actos universitaria acogió a más de un centenar de asistentes y la clausura contó con la presencia del consejero de la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Sr. Jesús Julio Carnero.

Con el objetivo de abordar varios conflictos actuales y sus efectos en la población civil, el Observatorio de Derechos Humanos de España ha organizado en la Universidad Europa Miguel de Cervantes (Valladolid) una jornada dedicada a analizar el papel de las fuerzas armadas en los conflictos. La conferencia “Las fuerzas armadas en el marco internacional del derecho humanitario”, que está seguida del acto de entrega de los Premios Catalejo 2023, comenzó con una mesa redonda enfocada en la población civil en los conflictos bélicos: Balcanes, Daesh, Afganistán y Ucrania.

Esta cuestión contó con la participación de Santiago Castellá, subdelegado del Gobierno en Tarragona; Pilar Rangel, profesora de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad de Málaga; Ignacio Sell, profesor en la Universidad Camilo José Cela; y Javier García Media, profesor en la Universidad de Valladolid.

En primer lugar, Santiago Castellá presentó el marco internacional de los derechos humanos aludiendo a hechos históricos como la Paz de Westfalia, la Segunda Guerra Mundial o la creación de Naciones Unidas y sus múltiples convenios y declaraciones. “La lucha permanente de la humanidad nos ha hecho conocer momentos muy duros, circunstancias donde se ha vivido una gran falta de humanidad”, señala.

Una vez expuesta la evolución y los esfuerzos llevados a cabo para establecer reglas que protejan los derechos humanos, Pilar Rangel se centró en la situación actual del Sahel, una región que está experimentando una preocupante expansión del terrorismo yihadista. El Sahel es también una de las zonas más pobres del mundo, lo que empuja a la población a trabajar para el crimen organizado que se encarga de traficar con la droga que entra en el golfo de Guinea o bien, para el terrorismo.

“Las circunstancias del Sahel son idóneas para que los terroristas campen a sus anchas”, apunta Rangel, quien asegura que, durante los tiempos del califato en Irak y Siria, numerosos analistas ya señalaban el Sahel como el próximo foco yihadista. La población civil es la principal víctima de esta situación. Los grupos terroristas entran en las aldeas, arrasando todo a su paso, o bien, obligando a los líderes comunitarios a imponer la sharía. Asimismo, los civiles se convierten en daños colaterales dentro de los enfrentamientos entre las fuerzas armadas nacionales y los yihadistas. De hecho, el propio Ejército maliense, entrenado por Francia y otros países europeos, está acusado de violar los derechos humanos de la población.

MINUSMA, la misión de Naciones Unidas en la región, también ha sido blanco de atentados por parte de las organizaciones yihadistas. De hecho, esta es la misión de la ONU que más ataques ha recibido.

A este grave panorama hay que sumar también el grupo Wagner, vinculado a Rusia, país que cuenta con presencia en varios países africanos como República Democrática del Congo o Mali. En este sentido, de nuevo, las víctimas vuelven a ser los civiles. Se calcula que Wagner ha asesinado entre 300 y 500 civiles mientras realizaban operaciones antiterroristas en Mali.

Ignacio Sell, por su parte, destacó el relevante papel que tienen las nuevas tecnologías en los conflictos del presente. Además de que favorece el desarrollo de armas, la tecnología también puede servir para ayudar a la población civil en las guerras. En este punto, Sell destaca iniciativas tecnológicas en plataformas digitales como bases de datos que sirven para anticiparse a las situaciones, así como mecanismos para monitorizar el avance de las tropas y localizar daños materiales para que la población sepa qué servicios están inhabilitados.

Tras la conferencia dedicada a analizar el papel de las fuerzas armadas en los conflictos, el Observatorio de Derechos Humanos de España (ODHE) ha hecho entrega de los PREMIOS CATALEJO 2023.

En esta segunda edición de los Premio Catalejo, las iniciativas o asociaciones galardonadas han sido Mutitaa, Fundación Cris contra el cáncer, Sabias de Kakuma de la Fundación de la Universidad Camilo José Cela, la Liga Española de Debate Universitario para jóvenes con discapacidad intelectual, el Club Natación Barcelona por waterpolo ability y la Red cátedra iberoamericana de Educación para los Derechos Humanos.

“Esta silla de ruedas ha dado formación, dignidad y trabajo”, declaró Miguel Morales, uno de los voluntarios de Mutitaa, señalando el logo de la asociación tras recibir el premio. Mutitaa, término que dentro del budismo significa alegrarse por lo bueno que le pase a los demás, trabaja por la inclusión de las personas con discapacidad en Camboya, especialmente las víctimas de minas antipersona.

Otra de las iniciativas galardonadas, Fundación Cris contra el cáncer, tiene como objetivo fomentar y financiar proyectos de investigación para el tratamiento y cura del cáncer. “Cris somos todos, es un nombre masculino y femenino que engloba a todas las personas que luchan contra el cáncer”, indicó Marta Redondo, representante de la organización.

La Fundación de la Universidad Camilo José Cela recibió el premio por el proyecto Sabias de Kakuma, una iniciativa que colabora con Mujeres por África y ACNUR para formar y respaldar la carrera de maestras keniatas refugiadas.

La Liga Española de Debate Universitario para jóvenes con discapacidad intelectual fue galardonado por un programa que promueve la presencia de personas con discapacidad en la parte activa de la sociedad a través del debate y el diálogo.

Por su parte, el Club Natación Barcelona por waterpolo ability, trabaja por acercar este deporte a las personas con diferentes discapacidades físicas.

Esther Prieto, directora de la red cátedra iberoamericana de Educación para los Derechos Humanos, destacó el valor de este proyecto tras recibir el premio, subrayando “el papel en la formación y educación en derechos humanos”.

Las asociaciones premiadas no trabajan por un premio, sino por una labor social. No obstante, siempre es importante el reconocimiento público, que los anima a seguir trabajando ahí donde es necesario. “Seguimos adelante por las organizaciones premiadas, lo mejor de nuestro país”, recalcó Mario Rigau, director del ODHE. Rigau recordó “el tiempo y esfuerzo” dedicado por las asociaciones, señalando que su ejemplo “deben motivarnos para seguir trabajando por los derechos humanos”.

Además de la entrega de premios, el ODHE ha otorgado una insignia de agradecimiento a varias personas que han respaldado las acciones de la organización, como Justo Velardos, director general del Casino de Gran Vía de Madrid-Grupo Comar; Alejandro Fernández, presidente del Partido Popular de Cataluña; Raquel Alonso, delegada territorial de la Junta de Castilla y León; y Conrado Íscar, presidente de la Diputación de Valladolid.

Reconocimiento a las Fuerzas Armadas de España

La clausura corrió a cargo de Joaquín Blanco, coronel subdelegado de Defensa; Conrado Íscar, presidente de la Diputación Provincial de Valladolid; y Jesús Julio Carnero, consejero de la Presidencia de la Junta de Castilla y León.

Para cerrar la jornada dedicada al papel de las fuerzas armadas, Joaquín Blanco elogió a los cuerpos de seguridad y defensa de España. “Con la guerra en Ucrania nos hemos dado cuenta de que las sociedades necesitan unas FFAA formadas y fuertes para poder vivir seguros”, afirmó.

Conrado Íscar coincidió con el coronel, recalcando que “toda la sociedad española tiene una deuda de gratitud con las FFAA nacionales”. De la misma forma se expresó Jesús Julio Carnero, quien aseguró que todos los españoles “debemos estar orgullosos de las FFAA por cumplir con la Constitución con acierto y sensibilidad”.